Mi nombre es Juan David Rincón, vivo en Bogotá y hasta el 2019 tenía una rutina normal. Me levantaba y me comía un huevo con cereal. Soy una persona que ama el cereal y puedo comerlo sin cansarme nunca. Era para mí un gran desayuno. Para entonces ya estaba estudiando en la universidad, así que luego de comerme mi cereal, empacaba mis onces que, aunque variaban, tenían la misma estructura: un tipo de ponqué ramo, con algún yogurt dulce, galletas y una fruta.
Llegaba a la universidad alrededor de las 8am. Alrededor de las 9am o 10am ya me comenzaba a dar demasiada hambre entonces me comía mis onces. Dos o tres horas después, almorzaba algo en los restaurantes de la universidad o lo que me dejaran en mi casa del día anterior. Pero ni con eso quedaba del todo lleno. Entonces acompañaba la comida con algún postre. Luego, en la tarde, llegaba a la casa a comer ya fuese otro almuerzo, un cereal, o cualquier cosa que hubiese por ahí. Y finalmente, en la noche, comía con mi familia.
"Siempre pensé que era una persona saludable"
Así fue mi rutina durante toda mi vida. Comía cada 2 o 3 horas, me comía una o hasta dos frutas (cuando las incluía en el desayuno), y casi siempre comía ensalada en el almuerzo. Además de esto, siempre acompañaba mi rutina con bastante ejercicio. Por eso siempre pensé que era una persona saludable y mi peso ideal me lo confirmaba.

Sin embargo, sufría de Rinitis Crónica lo cual no me permitía salir a correr sin un tapabocas, (esto era antes de la pandemia por lo cual no era normal) porque de lo contrario duraba el día con sangrados en la nariz o con sangre en la saliva. Tenía dermatitis aguda, una alergia en mis brazos y piernas. Sufría de acné fuerte, no en extremo, pero si era fuerte y por eso tenía que utilizar pastillas que me resecaban mucho la piel. Si no me echaba crema diariamente se me ponía la piel blanca y en algunos casos se me partía. Tenía ansiedad y cuando me daba estrés me salían alergias en la piel. Vivía con hambre, era mi estado natural, y comía hasta el punto no de saciedad, sino de sensación de enfermo.
"No es normal vivir enfermo"
El problema es, que como no muchas personas tenemos conocimientos de temas de nutrición y salud, por eso acudimos a médicos y nutricionistas. Durante toda la vida, este personal de la salud me dijo que cada una de las cosas que tenía eran normales, que eran cosas que a algunas personas les salía y que no había cura. Habían pastillas y cremas para calmar los síntomas. Pero no existía una cura.
Por eso, cuando llegué a mensajes como el de la medicina funcional del Dr. Carlos Jaramillo, me encontré con una luz de esperanza. Que luego de mucha indagación e investigación se volvió una realidad. Hoy en día puedo hacer el ejercicio que quiera sin tapabocas (aunque ahora me toca por la pandemia). No uso cremas, ni tomo pastillas para el acné y aun así mi piel está mejor que nunca. No me da hambre, aunque coma solo dos veces al día. Ya no sufro de ansiedad, tengo más energía y no me he enfermado en el último año.
Todo esto fue posible mediante una buena alimentación. Lo que la sociedad considera como sano y normal no lo es. No es normal vivir enfermo, no es una lotería genética que den ciertas enfermedades. No es tu culpa que estés ansioso. No es tu culpa que no puedas parar de comer.
Gracias a toda esta experiencia, junto a mi familia comenzamos este proyecto: Saní. Somos empresa que te ofrece alternativas saludables, sin azúcar y sin gluten, para tus comidas favoritas. Con esto, demostramos que se puede comer rico y ser una persona saludable al mismo tiempo.
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